1999
¡Qué inmensa alegría
volver a encontrarte!,
esta alegría que a nadie
quisiera poder confesar.
Cómo decir al mundo,
¿que suenan en mi alma
campanitas de cristal?
¿Que le dijeran mis manos a tus manos?
tus ojos a mis ojos,
tu mirada que sin decirme nada,
me lo decían todo.
Dime cariño mío,
¿Qué tienen tus ojos,
de mirada buena,
de mirar sereno,
que ya nunca de mi mente, los podré apartar?
¿Qué le diste a mi vida,
que de pronto se volvió serena
y ya nunca ha vuelto a llorar?
Sería por la inmensa alegría
de volverte a encontrar.