1998
Castígame, Señor
como castigas al perverso,
pues en vez de una oración,
te hago un verso.
Es que amándome tanto,
aún no sé rezar,
y teniendo este pesar,
me ahoga el llanto.
En tu templo, en su soledad,
cuando en ti medito,
siento poco a poquito,
que es muy grande tu verdad.
Perdóname, Señor, si he pecado;
si he sido mala, perdóname, Señor,
que yo, mi amado,
todo el mal que me han hecho...
lo he olvidado.
Odilia Cantú Garza