Presentimiento - Segunda

Mayo de 2001

Te veo sufrir y no quiero,
quisiera evitarlo y no puedo,
y eso me duele en el alma,
como un dardo de fuego.

Si te vas algún día,
yo quedaré muy sola,
con mi vida rota,
sin luz ni alegría.

Serán largas las noches,
tendré frío en los brazos,
lágrimas amargas,
y añoranza de tus pasos.

Si yo me voy primero,
piensa mi amado,
que así todo se va terminando,
pero en alguna parte,
yo te estaré esperando.