Pasión amarga

Cuanto diera Señor,
por olvidar este dolor que me tortura,
porque me es imposible amar,
si yo no tengo tu amor y ternura.

Yo me llevo esta duda fatal,
al no saber en verdad si me engañaste,
si mentían tus labios al besarme,
o si tal vez de verdad tú me amaste.

Nadie sabe Señor cuanto sufrí,
las veces que con saña lastimaron...
y cuantas veces sonriendo reprimí
las lágrimas que mis ojos lloraron.

Tal vez algún día me quisiste,
quiero por mi bien pensarlo así;
pero un día cualquiera comprendí,
que al fin hombre, como todos tu mentiste.

Pero aun así es tan grande mi pasión,
y mi amor tan hondo y tan humano,
que si me pides el corazón,
el corazón me lo arranco con la mano.