Febrero 1 de 1999

Si algún día
contigo me voy,
amiga, no me des dolor...
así te dije un día.

Pero ahora te ruego,
si con este dolor;
llego un día muy cerca del Señor,
aprieta, amiga,
aprieta los clavos del dolor.

Tal vez nadie comprenda;
pero si con ello abrimos una senda,
para llegar a la morada del Señor,
aprieta, amiga, aprieta los clavos,
que ya no tengo miedo
del dolor.