A mis hijos

Cuatro hijos Dios nos dio,
cual más, cual menos un sol,
cuatro pedazos de alma,
que el Padre Eterno de mi carne desprendió.

Nenita:

Llegaste primero tú,
y me trajiste luz y esperanza,
y un pedacito de cielo,
de cielo que al fin se alcanza.

Fuiste para mí, la compañía,
el juguete que nunca tuve,
mi compañera, mi amiga,
linda como un querube.

Jesús:

Hijo mío, cuando tú llegaste,
te recibí en mis brazos,
te colmé de besos
y el alma entera de amor llenaste.

Conmigo fuiste tan bueno,
fuiste tan dulce y lleno de amor,
me diste tanta alegría, tanta ilusión,
que yo, a cambio de eso,
te regalé mi corazón.

Dianita:

Ojos color de miel,
linda como una ilusión,
¿eres tan buena, mi hijita?
tienes blanco el corazón.

Viniste trayendo amor,
en tus manitas rosadas,
que el señor te dé la dicha,
que nunca tengas dolor.

Laurita:

Llegaste tú muñequita,
la pequeñita, la morenita,
la linda flor de mi vida,
la chiquitita, la consentida.

eres tan niña, tan buena,
Cristo, mi amado Cristo,
que nunca en la vida tenga una pena.

Estos mis cuatro hijos,
son la alegría que tengo en la tierra,
son mi ternura, todo mi amor,
dadles Señor, a mis cuatro hijos,
toda la dicha que el mundo encierra.

Tu y yo, vida mía, tenemos,
para ellos el mismo anhelo,
cuatro amores en la tierra,
cuatro soles en el cielo.