Mayo 1999
Te sigo queriendo,
te sigo esperando;
y esto que te digo
es una verdad y una garantía
de lo mucho que te sigo amando.
Porque un día llegaste a mi vida,
como aquella rosa, que un día
llegará a mi vida,
una mañana de color de rosa,
junto con mi fantasía,
porque venía de tus manos,
esas manos que tanto quería
llenas de melancolía.
Y yo que tanto te amaba,
seguía soñando (en mi fantasía)
que tú eras mío
y que aún me querías.
Y el corazón lloraba de melancolía.