Mis manos, mis ojos, mi boca,
todo está impregnado de ti,
y es primavera y florecen las rosas,
desde el día que te conocí.
Llegaste un día a mi vida,
y entre todos te reconocí,
no sé cuando comencé a quererte,
solo sé que vivía esperando por ti.
En el hueco de tu hombro,
que tú hiciste para mí,
me podría pasar la vida,
pensando, y pensando en ti.
Y cuando pasen los años,
queriéndonos siempre así,
seguiré adorando el día,
el día que te conocí.