Mayo del 2000
Tengo que vivir soñando
en otro corazón
para dejar el tuyo en el olvido;
y tengo que vivir, aunque no quiera,
con el dolor de lo perdido.
Tú que me fuiste infiel
dime entonces ¿qué fue de nuestro amor
que tú dejaste olvidado en otra piel?
Porque no puedo (terca yo) renunciar a ti
después de tanto quererte.
Por eso le ruego al destino
que nunca en esta vida
vuelva yo a encontrarte.
Y tengo que aprender
a dejar de soñar,
y a remachar mi corazón,
con cal y canto;
para poder olvidar
a ti, que te quiero tanto.